5 cosas que contaminan el aire de tu casa y oficina (y
como evitarlas)
La
contaminación del aire no solo se da en las calles, el aire de tu casa u
oficina podría tener aún más toxinas peligrosas que el aire exterior. Aquí
algunas de ellas.
Generalmente
asumimos que el aire al interior de los edificios es más limpio que el de las
calles. Por lo menos en las grandes urbes el interior de una oficina o de un
hogar generalmente huele mejor que una de las avenidas principales, sin
embargo, asumir que por esta razón el aire del exterior es más toxico podría
ser un gravísimo error. A continuación te presentamos una lista de
contaminantes que probablemente estés respirando en casa u oficina, así como
algunas sugerencias para evitar que estos alcancen un nivel peligroso.
1. Combustión
La
quema de gases y las partículas que resultan de este proceso son la principal
fuente de contaminantes al interior de edificios en el mundo. Se estima que los
gases producidos por estufas de uso doméstico (categoría que incluye chimeneas,
hornos y calentadores) causan la muerte de 4 millones de personas al año.
Los
principales contaminantes de la combustión son: monóxido de carbono, dióxido de
nitrógeno y materia en partículas.
Para
evitar la acumulación de estos gases, procura siempre abrir las ventanas
mientras cocinas y usar un ventilador para que la circulación del aire sea
óptima.
2. Compuestos orgánicos volátiles (COVs)
Estos
son compuestos orgánicos y químicos que emiten vapores que contaminan el medio
ambiente y pueden ser peligrosos para nuestra salud. Se encuentran en una
amplia variedad de productos, desde pintura, pegamento, impresoras hasta
cortinas de baño. Los niveles interiores de COVs son hasta 5 veces mayores a
los del exterior. Uno de los más peligrosos y más conocidos es el formaldehido,
que se encuentra en pinturas, algunas fibras sintéticas, barnices para maderas
y azulejos de linóleo.
Para evitar respirar COVs utiliza materiales naturales en tu casa: busca
alfombras y tapetes hechos con fibras naturales como lana, sisal y algodón. Si
planeas instalar un piso de madera busca uno sellado con poliuretano a base de
agua. Otros materiales no tóxicos incluyen el bambú, corcho y vidrio reciclado.
3. Moho y hongos
Estos
se dan cuando la humedad de un lugar rebasa el 60%. Para evitar brotes debes
mantener los espacios secos, para hacerlo puedes utilizar un deshumidificador o
ventilador. Además, simplemente limpiar bien con agua y jabón, cloro o peróxido
de hidrogeno eliminará brotes pequeños.
Las
consecuencias de vivir con moho y hongos varían, pero se les ha asociado con la
congestión nasal, sibilancias y la irritación de la piel. Algunos estudios los
han asociado también con el desarrollo de asma en niños.
4. Polvo y heces
Un
sinfín de edificios está plagado por ratas, cucarachas y ácaros de polvo. Todos
estos animales dejan tras de sí heces alergénicas y hasta partes de su cuerpo.
La orina de roedores puede causar problemas respiratorios.
Una
excelente limpieza es la mejor manera de evitarlos. Como con el moho y los
hongos, limpiar con cloro, agua y jabón, así como mantener los espacios
sin polvo es esencial. Siempre mantén todos los espacios bien ventilados.
5. Pesticidas
Controlar
cualquier brote con pesticidas tóxicos es mucho más nocivo que el brote en sí y
más si se trata de un espacio cerrado. Los síntomas de una exposición a
pesticidas varían de dolores de cabeza y nausea hasta un riesgo más alto de
padecer cáncer y daños cerebrales.
Evita
usar pesticidas tóxicos dentro de casa, en vez busca algún alternativo natural.
Si debes recurrir a pesticidas porque el brote es demasiado grande, asegúrate
de ventilar el espacio lo mejor posible.
Recuerda
que para evitar brotes nocivos y evitar gases tóxicos es esencial dar una buena
limpieza a todos los espacios y además siempre debes de buscar una solución
natural antes de una química y potencialmente tóxica.
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